martes, 6 de mayo de 2008

Arde el amanecer...



entre los restos

de unas copas

de rojo vino

y en este

real existir

mi espalda

se adormece

en tus fantasías,

si el afán

colisiona la piel.


La memoria

se fuga, con el beso.


En el deseo

imperan los pactos.


Augurio de tormentas

de un paraíso aplazado

se consume,

con lenta agonía.


Caricias reprimidas,

sueños furtivos

y una negra nube

recorriendo

mi tácita melancolía

se hace cómplice

de nuestra libertad.



Alenka

Deseo serenamente...


...que tus ojos me miren
ávidos, con insolencia,
que en tu mirada azul
y en mi verde parpadear
fondee el sueño plasmado.

Que tu piel al rozar la mía
se erice cuando tus labios
al besar los míos degusten
el dulce sabor del lápiz
labial rojo, con el que dibujarás
en mi espalda tus anhelos.

Que esas velas blancas,
con las que te estaré esperando
te hagan sentir
el sensual aroma del jazmín
y tu grave voz acaricie
mis oídos, con un simple decir:

Aquí estoy amor, he venido a tu encuentro.

Alenka


Horas que recorren nuestra vida.